Palabras en desuso

El nombre con el que conocemos las cosas es la palabra justa que debemos utilizar todos los que hablemos el mismo idioma, y suele suceder que cuando el nombre está formado por más de una palabra es porque le añadimos un adjetivo que lo distingue del objeto principal.

En el diccionario solo aparecen las definiciones de las palabras, aunque también aparecen las acepciones de las mismas, así por ejemplo si consultamos

Las palabras compuestas son fruto de dos o más palabras simples.

Por poner un ejemplo, un abridor puede ser de botellas o de latas, así que en lugar de decir abridor de botellas o abridor de latas, acabamos creando las palabras compuestas abrebotellas o abrelatas.

 

Lo mismo ocurre con las palabras hierbabuena, hojalata, lanzallamas, montacargas,  guardaespaldas y cientos de palabras de uso común que derivando de dos se han convertido en una sola.

 

Las personas mayores llaman al nuevo objeto con el nombre del antiguo

 

Cuando un objeto evoluciona en otro, solemos llamarle del mismo modo aunque se trate de algo totalmente distinto, como el caso de la nevera y el frigorífico.

 

El frigorífico es un electrodoméstico capaz de enfriar y hacer hielo mediante el uso de la energía eléctrica, y la nevera era mas bien un armario metálico con aislamiento térmico que tenía un compartimento para dejar un bloque de hielo o nieve que enfriaba el receptáculo y mantenía los alimentos a baja temperatura.

 

El nombre de nevera, viene precisamente de la nieve que se colocaba en su interior.

 

Curiosamente aunque hoy en día no se fabrican neveras se le sigue llamando por que ha podido mas la costumbre que la terminología, y tanto es así que la propia palabra viene en el diccionario de la RAE como sinónimo de frigorífico.

 

Cuando no conocemos el nombre de algo , algunos enseguida lo bautizamos aplicando nuestra lógica particular, así al pastillero se le llama erróneamente portapastillas  y ya que hablamos de objetos que usan los mayores, tampoco el salvaescaleras está recogido por la RAE como palabra del idioma español y no por ello se deja de usarse popularmente para referirnos a una silla o sistema salva escaleras.

 

Aunque muchas palabras han caído en desuso, la mayoría de las que seguimos utilizando se han conservado y se siguen utilizando gracias a que estas se han pasado de generación en generación y sobre todo las han recordado siempre nuestros mayores.