Afortunadamente el 95% de las personas que desaparecen solo lo hacen por unas horas y en el mejor de los casos los encontramos totalmente desorientados y confundidos sin poder siquiera dar una explicación coherente de lo que le sucedió cuando se perdió.

El problema más grave es el otro 5% de personas que nunca aparecen porque la desorientación les lleva a situaciones de penuria y padecimiento, la mayoría de las veces perdidos en zonas rurales donde no pueden encontrar ayuda de nadie.